Dosis y eficacia de la toxina botulínica en pacientes pediátricos con espasticidad

02.09.2019

Ya volvemos a estar activos en el blog!
Y lo hacemos con un nuevo articulo publicado sobre la Toxina Botulínica y la Rehabilitación en pediatria para reducir la espasticidad

Objetivo. Evaluar la efectividad de la toxina botulínica en el tratamiento de la espasticidad de los miembros superiores e inferiores en pacientes pediátricos en un entorno clínico real. 

Pacientes y métodos. Se realizó un estudio retrospectivo basado en el historial clínico de 79 pacientes pediátricos con espasticidad en diferentes formas clínicas y grados de afectación tratados con toxina botulínica tipo A. La mejoría de la rigidez y movilidad fue estimada por el médico tratante mediante exploración física, evaluando la marcha, la calificación en la escala de Ashworth y la medición de los ángulos de movilidad articular mediante un goniómetro. Se registró el número de inyecciones, el intervalo entre ellas, el sitio de aplicación y la dosis, y se consideró una respuesta positiva al tratamiento la disminución del al menos un punto en la escala de Ashworth o un incremento en los grados de movilidad articular. 

Resultados. Los pacientes recibieron inyecciones en 10 ± 7 músculos diferentes en intervalos de 4 a 50 semanas (media: 13 ± 9 semanas). Un 90% de los pacientes recibió rehabilitación. Las articulaciones de la rodilla, el tobillo y la muñeca presentaron un mayor porcentaje de mejoría. En el 24% de los pacientes se encontró mejoría en los grados de movimiento articular.  La muestra incluía 79 pacientes, con una edad media de 8,4 ± 4,1 años, y el 63,3% de sexo masculino. El 94,9% tenía parálisis cerebral infantil y el resto de los pacientes presentó los siguientes diagnósticos: encefalopatía (n = 1), síndrome de Goldenhar (n = 1), distrofia muscular (n = 1) y lipomeningocele (n = 1). Se incluyeron estos diagnósticos debido a la presencia de espasticidad como complicación asociada frecuentemente con la encefalopatía por su afectación del sistema nervioso central, con las malformaciones vertebrales presentes en el síndrome de Golden­har y el lipomeningocele, así como el mecanismo compensatorio por la debilidad muscular en la distrofia muscular.

La duración media de la espasticidad muscular presente en todos los pacientes fue de 6,6 ± 3,8 años. El 39,2% (n = 30) presentaba un diagnóstico comórbido, y la comorbilidad más frecuente fue retraso psicomotor (17,7%; n = 14) y epilepsia (13,9%; n = 11). La tabla I detalla las características clínicas de los pacientes tratados. 

Discusión. La introducción de la toxina botulínica ha supuesto un nuevo enfoque en el tratamiento de la espasticidad [27]. La bibliografía señala que en los pacientes pediátricos, particularmente en los que presentan parálisis cerebral, ha permitido adquirir una marcha fisiológica prácticamente normal y, en la mayoría de los casos, evitar procedimientos quirúrgicos ortopédicos [28]. Los hallazgos del presente estudio reflejan los esquemas de dosis utilizados y la eficacia de la TBA en un entorno clínico real. Se estableció que la aplicación de la TBA mejoró la espasticidad y los ángulos de movimiento en los niños que en su mayoría tenían alteraciones motoras gruesas graves, ya que casi la mitad debían ser transportados en silla de ruedas. Las articulaciones de la rodilla, el tobillo y la muñeca mostraron los mayores porcentajes de mejoría. Esto se ha descrito en estudios previos [29,30], y los beneficios observados en el miembro superior, específicamente en la muñeca, contrastan con otros estudios [31,32] que registran una menor eficacia de la TBA en los miembros superiores. 

La aplicación de TBA fue en varios músculos de cada paciente, lo que coincide con otros estudios en los cuales, al tratar varios grupos musculares, frecuentemente proporciona una posición más fisiológica en la marcha o en el apoyo postural y se logra un mejor equilibrio en la función de los flexores-extensores y los pronadores-supinadores [34].

La aplicación de TBA fue variable en el tiempo y las dosis. La recomendación para el control del paciente que recibe TBA es que debe realizarse de una forma sistematizada con una valoración a las dos o tres semanas de la aplicación para evaluar la eficacia y los efectos secundarios, y posteriores controles cada dos o tres meses, y no posponer las visitas más allá de los cuatro meses, incluso en pacientes de larga evolución, excepto en pacientes estabilizados o porque han presentado resistencia [35]. El consenso sobre el intervalo entre las aplicaciones menciona que no conviene reinyectar antes de tres meses para minimizar el riesgo de producción de anticuerpos [36], y algunos estudios indican que el período se puede reducir con la incobotulinumtoxina (Xeomeen/Xeomin) a un mínimo de 10 semanas entre aplicaciones [37]. Es importante mencionar que en la actualidad no hay una aprobación en México para la aplicación de este tipo de toxina botulínica en la población pediátrica. 

La aplicación repetida ha mostrado eficacia duradera en estudios previos [38]. El efecto de la TBA se inicia progresivamente a los dos o tres días, hasta alcanzar su máximo aproximadamente al mes, y mantiene la duración hasta tres o cuatro meses [39]. El grado y la duración de la relajación muscular obtenida son dependientes de la dosis [39]. En el estudio se observó que los pacientes presentaron tras la aplicación un pico de mejora respecto al tono muscular aproximadamente al mes, que disminuyó en las subsecuentes aplicaciones. Es un hallazgo descrito por otros autores, que sugieren una probable pérdida de eficacia [18], y también debemos considerar los largos períodos entre aplicaciones observados en el estudio. Sin embargo, la eficacia descrita como la mejoría evaluada en la rigidez y en la movilidad de acuerdo con el juicio del clínico se mantuvo en más de la mitad de los pacientes. Esta mejoría se incrementó en los pacientes con un mayor número de aplicaciones de TBA, lo que refuerza que la aplicación repetida se asocia con una eficacia sostenida [38].
Otro factor importante que explica la mejoría de los pacientes fue que recibieron terapia física basada en la evaluación especializada en cada caso. Algunas publicaciones sugieren que el efecto combinado de tratamiento con TBA y rehabilitación integral podría ser más eficaz para mejorar la función motora gruesa, en comparación con el tratamiento aislado con TBA [35,40]. El tratamiento combinado de fisioterapia y TBA disminuye el tono muscular, aumenta el rango articular de movimiento y mejora la función motora gruesa, lo que incluye mejoras en las transferencias y en la marcha, especialmente si se añade tratamiento ortopédico. En casi la totalidad de los pacientes se administró la TBA siguiendo las indicaciones de la bibliografía, al combinarla con otras modalidades de tratamiento (se han sugerido técnicas de electroestimulación, facilitación muscular propioceptiva, entrenamiento locomotor, control motor y fortalecimiento muscular, entre otras). 

La presente revisión de expedientes mostró que en un contexto clínico real existen limitaciones, co­mo la falta de disponibilidad de la TBA, problemas para el seguimiento de los pacientes y la carencia de un sistema o protocolo para la aplicación y evaluación a largo plazo. También se observó que en algunos pacientes se aplicaron otras escalas y se contó principalmente con la determinación del rango de movimiento articular como indicador de la mejoría; sin embargo, la bibliografía ha mostrado que no es un parámetro muy fiable porque puede variar en distintos momentos de la exploración en función del estado emocional del niño, y puede hacerse una mejor determinación con instrumentos estandarizados como el goniómetro y el inclinómetro mecánico [43]. A pesar de las limitaciones y de ser un estudio retrospectivo, se logró establecer las dosis de TBA en un escenario clínico real y la eficacia en la espasticidad cuando se aplica dentro de un esquema integral de tratamiento, que incluye terapia física de rehabilitación. Los presentes resultados incrementan la información de la incobotulinumtoxina como alternativa en la población pediátrica con espasticidad. Los datos podrán utilizarse como una base para iniciar una guía de manejo de acuerdo con las recomendaciones científicas que puedan adaptarse al entorno clínico real y alienten la realización de estudios longitudinales controlados que sustenten la eficacia, y para establecer un esquema de dosificación de la TBA en pacientes pediátricos con espasticidad. 


Artículo : 

M.A. Alcocer-Gamboa, A. Ojeda-Manzano, L.J. Baqueiro-Góngora, L.E. Denis-Alcocer, M. Hattori-Hara, A. Pacheco-Güemez. Dosis y eficacia de la toxina botulínica en pacientes pediátricos con espasticidad. [REV NEUROL 2019;69:199-206]PMID: 31364149.
Más info: https://www.neurologia.com/articulo/2019110  



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